Tiempo ha, empezara yo la persecución de una gran gesta, atinar con la más fermosa, lúcida y risueña de todas las doncellas habidas y por haber que dispuesta esté a esgrimir sus virtudes para así ser compañera del más fiel y caballeroso de los nobles varones que moran por aqueste mundo regentado por lo nimio.
Mas hállome ya extenuado de buscar y buscar pues no ha habido sujeto en forma de dama, que satisfaga mi empeño.
¿será este el lugar donde culmine en gozoso alborozo la execrable búsqueda que inquieta y atribula mi voluntad, corazón y conciencia? ¿será vuesa merced, cautivadora desconocida, que lee aquestas palabras, la tan ansiada mujer que perfecciona mi humilde y sosegada existencia?