💩 POR FAVOR 🙏

Memorias de una caca de perro

El día que nací lo recuerdo perfectamente. Fui tomando forma después de mucho zigzaguear. Y en la recta final, allí estaba yo dispuesta a ver la luz. El ansiado día llegó y para mi sorpresa mi destino fue la cálida acera de un colegio. Yo estaba muy orgullosa pensando que por mi tamaño sería objeto universal de admiración y cuidados. En la misma acera, apenas un metro más allá, brillaba como una diosa otra recién llegada que con sumo cuidado fue recogida y depositada en una bolsa al abrigo de las adversidades. Después, ¡oooooh El ansiado destino de todas nosotras en una segura papelera. ¡Maravillosos estos humanos Dados mis atributos estaba convencida de que mi destino no sería menos glorioso. Sin embargo, conforme pasaban las horas bajo un sol de justicia mi desesperación iba en aumento. Llegó la hora punta en el colegio, y vi peligrar mi existencia con la infinidad de carritos, zapatillas y zapatos que amenazantes aparecían por doquier. Pronto fui machacada, arrastrada y desmembrada hasta estar en todas partes y en ninguna, sólo delatada por mi esencia, mi inconfundible aroma. Nunca entenderé el por qué de esta injusticia. Yo, que jamas ambicioné el acogedor suelo de parquet de un hogar, acepto con resignación una inhóspita acera, pero este final…,este final no me lo merezco.

Con este post, un tanto “diferente” trato de concienciar sobre la necesidad de que los dueños recojan de las aceras las cacas de sus mascotas y las depositen convenientemente. Es cierto que las he visto de dimensiones considerables hasta en aceras de colegios y ya os imagináis el trastorno. O lo que pueden dificultar a cualquiera el disfrutar de un paseo tranquilo sin tener que estar permanentemente vigilando lo que hay en el suelo. No es un problema de las mascotas, son maravillosas. Con respeto y civismo la convivencia es posible. ¡GRACIAS POR LEER HASTA EL FINAL