Escritores Madrid  28 mar 2022

LA ÚLTIMA FRASE

Se trata de coger la última frase del último texto e iniciar con esa misma frase un texto nuevo. Procuraremos que los textos no excedan las 10 líneas. Para vosotros, habituales en el post, son las mismas reglas de siempre.

Para los nuevos son las mismas reglas que en los post anteriores (no puedo poner enlace aquí). Bienvenidos -y a ver lo que dura habilitado- 😊😊



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POE

–Padre he pecado, dijo Anita llorando a lágrima viva, y entre sollozos continuó inentendible contestando a las preguntas que le hacía el confesor.

–He tenido pensamientos y deseos impuros, recitó de carrerilla la niña que se sabía de memoria todos los mandamientos que le obligaban a estudiar las monjas por más que a sus siete años aún no entendiese nada de nada.

El cura indignadísimo aprovechó el remordimiento de la pequeña feligresa para hacerle una muy minuciosa descripción del infierno, que ella aguantó a duras penas y con muchas ganas de que se callara, ya que estaba empezando a sentir terror. –Mañana te quiero ver en mi despacho a la hora del recreo, dijo y dio por finalizada la confesión.

Al día siguiente, Anita suspiró aliviada cuando se enteró de que el padre Anselmo ya no estaba en el colegio; se había ido a las misiones decían las monjas, aunque las niñas mayores contaban que le habían pillado haciendo algo que ella no entendía. 

Esa noche la niña comprendió que no tenia la culpa de que la tonta de su vecina de la escalera principal, mas preocupada por presumir de la muñeca que a ella tanto deseaba que de mirar donde ponía el pie, se cayera por las escaleras y la muñeca, que era de porcelana, se quedara hecha cachitos.

Un tiempo despues empezó a conocer el poder que tenía su deseo. Y lo usó, vaya si lo usó...


27/03/2024
V.O.S.

Usó toda la información que encontró sobre el tema, desde la más clásica de la señora vintage que disfrutaba limpiando, a la modernísima -según la estética de los años noventa y la ideología de los cuarenta- criatura que venía del futuro anunciando lejía; incluso pidió consejo a un amigo que fabricaba lavadoras  y entendía mucho de lavados profundos... Pero todo resultó inútil, fue imposible quitar el tizne que dejó en su espíritu la ausencia de aquel hombre.

Eso sí, las manchas de sangre de la alfombra desaparecieron sin dejar rastro.

31/03/2024
henry

Desaparecieron sin dejar rastro todos sus tips -que creo que es como se dice ahora-, pero lo cierto es que desaparecieron todos sus amiles que cobijaban los armarios empotrados de la casita donde otrora había besos, espontaneos en su caso, avergonzados en el mío.

Desaparecieron de un día para otro sus zapatosamiles, sus vestidosamiles, y sus besosamiles. Esos también se fueron por la puerta, por la ventana y hasta por el shunt de ventilación del cuarto de baño. Tal vez le llegaran de refilón a algún vecino, ojalá pudieran disfrutarlos, eran tan sutiles y tan medidamente pegajosos que siempre estabas esperando a que llegara el siguiente en cualquier momento...

Mi buen amigo, el consolador, adalid de mi causa por abatares del destino me decía: 

- Olvídate tío, ya verás que pronto aparece otra tia igual o mejor.

Entonces yo entendía que no me entendía y que probablemente no me entendería nunca.

02/04/2024
POE

Nunca dejaba rastro de su presencia, pero esta vez no sería así.

 Cuando terminó de vestirse, se despidió del hombre que había contratado sus servicios sexuales y salió a la calle.

La ciudad bullía de animación. Con sus labios tan rojos y su cautivador andar, ella se sentía integrada en el ambiente erótico que propiciaba el inicio de la primavera. Era una sensación de empoderamiento que, solo al abandonar un trabajo mal remunerado y de horario desquiciante, se había podido permitir. Ahora se sentía dueña de su sexo y de sus fantasías.

El hombre pagó la habitación del hotel y se dirigió, dando un paseo, al edificio de diseño propiedad de una importante empresa de la que era su controvertido director. Estaba satisfecho y libre de tensiones; la mujer era impactante y había estado espléndida en su papel de dominatriz.

Absorto en sus pensamientos no prestó atención a el toc, toc, toc de unos tacones de aguja que le seguían...


02/04/2024
V.O.S.

Le seguían tenaces  certezas que, a modo de fantasmas sin fantasía, alejaban de su lado a las alocadas incertidumbres y a los espectros ilusionantes que le mantenían vivo.

Entraron en su vida sigilosas, sin llamar, colándose en los rincones menos esperados, pegando con Super realidad Glue las piezas de un puzzle que nunca deseó ser montado.

Una noche soñó que los espíritus okupas susurraban:"Encuéntrate a ti mismo". Horrorizado por la sugerencia buscó refugio en el lugar donde habitaban junto a los besos no escritos y los versos no dados, un montón de llaves libertarias con sus correspondientes candados y un número para nada desestimable de calcetines desparejados.

07/04/2024
POE

Este post contesta a VOS, desconozco la razón por la que ha desaparecido.

Desparejados, los hombres se sentían fuera de juego. 

Ahora todo está perdido, pensaban algunos dando vueltas al asunto y rendidos celebraban, a la luz de la luna, esponsales con la soledad. Otros soslayaban la ausencia pulsando el enter de Pornohub.com.

Los más obsesivos rumiaban en un bucle interminable: " No hay nadie igual a ella" . Los escépticos estaban convencidos de que todas eran iguales.

Mientras tanto el planeta Melancolía estaba a punto de impactar contra el planeta Tierra, como Lars von Trier profetizó en una inquietante película.


11/04/2024
henry

Inquietante película la que me despertó a medianoche y encima con ningún premio erectil digno para aumentar la autoestima. Nunca hubiera imaginado, que mi último sueño húmedo pudiera ser ver a Jack Bauer en el mismo evento con la novia de Peter Parker vestida de novia y, no precisamente para casarse con Spidy mientras a punto estaba de caerles toda la vida encima, completamente derramada.

Mi gran amigo y a la vez cuñado, ese día se venía opinando encima y no pudo evitar darme las claves de aquello que estaba pasando, y de lo que yo, en aquel momento era completamente ajeno, gracias a la ginebra con cocacola negra.

Eso me hizo sospechar que algo tremendo estaba a punto de suceder, tuve un pálpito, asi que grite a voz en grito y a grito pelado: "Enciendan sus cámaras, preparen sus micrófonos, no olviden todos tener su teléfono móvil en modo fotoplastia que por fin algo relevante se viene...".

Pero no pasó nada, quedé fatal y, al cabo de tres horas todos decidimos suspender la boda e irnos a casa de Lars para ver a Charlotte Rampling en el sótano donde, -como todo el mundo sabe- la tiene recluida entre película y película. 

Según nos confesó: "es imposible que esa mujer haga tan bien eso de sufrir en cámara si no está haciéndose un constante Stanislavski clásico en toda regla".

Al verla en aquella celda, intentamos liberarla, pero ella se opuso ferozmente recriminándonos que intentabamos acabar con su libertad... 


12/04/2024
POE

SU                                                                                                                       RECORDAR

  LIBERTAD                                                                           QUE NO VALÍA LA PENA

              ERA UNA INCIERTA CRIATURA  T  VECES MUERTA

                                                                          A

                                                                          N

                                                                          T

                                                                           A

                                                                           S

  

14/04/2024
henry

Recordar que no valía la pena la pena muerta -porque entonces no dolía todo lo que debía-, le dio sentido a mis días de naufragio en aquellos años de interminable tormenta. 

Para esos menesteres en los que yo me andaba, era mucho mejor la pena viva; mi favorita de la familia: la encarneviva. Lo de la sal por encima ya era cosa o acoso de la mar del autoflagelismo, según viraran las corrientes del día o de la noche ya fueran largos los días o interminables las noches.

Durante todo ese tiempo la sal y la mar ocuparon un gran espacio en mi mundo que, al final, se quedó dentro de un rectángulo de diez por quince en la estantería.

Con el tiempo fueron ocupando mayor espacio porque los rectángulos pasaron a ser de trece por diecinueve, penaviva en modo panorámico para la quemazón a un simple golpe de vista.

Para mí, a día de hoy, las pantallas son demasiadas y demasiado grandes. Ella luce feliz y perfecta como las fotos de la gente que venía con los marcos. 

17/04/2024
Tomarctus

La gente que venía con los marcos no pudo comprar ni un triste perrito caliente. ¿Es que nadie les había avisado de que en la República Alemanita Intransitable la moneda de curso legal era el “Valduero” desde principios de ese año 3130? Así se les veía a los pobres entrando y saliendo de las tiendas de souvenirs sin poder llevarse siquiera un imán para el frigorífico de las torres invertidas de Descalzzia. Sin embargo, para Roberto Endrinas más que un problema supuso una ventaja. Experto en trapicheos varios consiguió colocar sus marcos en un “español” que eran las tiendas que empezaron a montar aquellos malalechados de la Península Ibérica que emigraron tras la última crisis creada por los separatistas del Bierzo. En dichos chiringuitos, más bien tugurios, vendían hasta su alma bipolar. Entre los artículos más demandado estaban los llaveros de fabadas sin gluten o el lobo vestido de faralaes que si le apretabas las fauces se arrancaba con “La bien pagá” a golpe de chistu. Pero el producto estrella, que se vendía como churros, eran los repugnantes frascos de colonia con aroma de siesta.

17/04/2024
henry

Aroma de siesta: sinónimo del tour de Francia o de la vuelta a España para los que con el paso del tiempo nos tenemos un respeto.

Era mi madre la que no entendía que los niños no se echan la siesta por más que los adultos estén al borde del desmayo.

Yo, como el niño viejuno cursi y repelente que fui -del que no me arrepiento porque me ayudó a ser el viejo cursi y repelente que para bien o para mal sigo siendo- intentaba no hacer ruído cuando llegaba esa hora mágica, en la que esa mujer se echaba un ratillo y yo, tras un estudio minucioso de las circunstancias permanecía inerte en un sofa que ocultaba en sus bajos fondos una regla, unos folios blancos, un lapiz, una caja de rotuladores y, lo más importante, una moneda de cinco duros para dibujar el círculo. En una tarde podía dejar terminado al Sevilla, al Betis o incluso al Barcelona si la siesta se alargaba. 

Para recortarlos y ponerlos en las chapas tenía que esperar a mis hermanos -que también se echaban su pertinente siesta-  porque si no contaba con ellos para ese menester se ofendían y no querrían jugar conmigo los partidos en la moqueta. Me gustaba jugar con ellos, los pases, los goles, la retransmisión oral en tiempo real imitando a la radio oficial en la final del mundial de fútbol...

Mis hermanos se divertían mucho jugando a las chapas, pero nunca entendieron donde en realidad se producía el verdadero disfrute.

19/04/2024
Martin

En realidad se producía el verdadero disfrute cuando terminaba lo que se podría interpretar como lo mejor del festín. El momento en cada uno acompañado de quien lo había escoltado a la llegada o de nuevas compañías, parejas, grupos, salía por la antigua puerta de entrada para seguir bebiendo en algun otro bullicio o para conocerse mejor al resguardo de una penumbra susurrante y quedaba sola, mirando las luces traseras de los últimos coches en arrancar desde el balcón tras el ventanal, saludando con una mezcla de satisfacción por la perfección de la obra terminada y el alivio que produce la llegada del intervalo, del margen hasta el cambio de objeto de placer. Acaso con el epitafio de algun viejo disco de rock ingles sonando aun entre copas a medio temrinar, papelitos y migas en el suelo, acometiendo los riffs finales como si fuesen los restos del botin tras una batalla ganada de forma pírrica, sin casi nada que celebrar más que recostarse al estandarte y entregarse a un sueño profundo.

Al entrar nuevamente en la casa tras la partida del último invitado descubre dos zapatos de piel marrón sobresaliendo de detrás de su sofá favorito a donde tenía pensado depositar por un rato su impas, ese interín entre una cosa y otra que permite aflorar lo que no está programado, en forma de intuición temor o entusiasmo. Se detuvo al ver que unos tobillos continuaban hasta el borde del sofá detrás del cual se suponía que habría un cuerpo entregado al desplome, ante la falta de perspectiva se recostó en el sofá sin investigar de quien ni de que se trataba, cerró los ojos y dejó de preocuparse.

21/04/2024
POE

Cerró los ojos y dejó de preocuparse por todo lo que no había sucedido entre ella y aquel hombre, fracaso que le había hecho aborrecer su cuerpo, su sexo y su vida.

Durante un instante no piensa en él. Se duerme sin imaginar como sera su piel, su verga, o su mirada cuando desea. Luego despierta y llora por la imposibilidad de acceder el uno al otro.

Nunca sabrá quien es, quizás una persona sumida en mil contradicciones amalgamadas por mentiras bioquímicas, o que despavorida busca un sentido –sin encontrarlo– a su existencia. 

Aveces piensa que él es un hombre Kebab, un misterio sugerente compuesto de múltiples trozos de naturaleza imprecisa, de apariencia deliciosa pero no aconsejable en la dieta habitual.

3 días
Tomarctus

La dieta habitual consistía en un cuenquito de cereales varios flotando en alguna mariconada de esas de soja, el menú del día de su centro de trabajo: ora lentejas, ora alcachofas, una merienda-cena compuesta de un sándwich frío, fruta del tiempo y sus variantes secas, una zanahoria, tres o cuatro tomatitos cherries y otros tantos arándanos y , como poestre, algún que otro orejón. Además, para engañar a sus tripas, churruspeaba un caramelo Solano de café descafeinado y una violetita que mercaba en la vetusta tienda de la Plaza de Canalejas. Los jueves por la noche, como un extra, viendo alguna película de antaño o de hogaño, se metía entre pecho y espalda una bolsa de pipas reducidas en sal del Mercadona. Y todos, todos los días unas cuantas raciones de sexo imaginario y, las más de las veces, materializado y autónomo. 

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