La Reconquista.

"Eres el medio no fértil,
sólo de paso, de tránsito.
Los de arriba, para abajo.
Los de abajo, para arriba,
en reconquista.

Tierra quemada y manchada.
De incendios y aceites.
¡Eres tan madura en las noches de Toledo
Como el Greco.
Ciega te pones, princesa del ingenio,
y no los ves,
pero...
¡No son molinos, son gigantes

En la arena de Castilla
con tu lengua de grava salada,
la Hostia en una playa de piedras,
el Cáliz que rebosa vino.

Y en el centro de nuestro gran desastre terrenal,
allá donde se cruzan los caminos...
al sol me arrodillo para verte mejor,
me agarro a tus caderas, muy de cerca,
y te miro fíjamente, desde abajo,
eres eterna, triste y bella;
mientras pongo mi cara junto a tus piernas,
escucho,
y en tu piel a veces se oyen las olas del mar.

Confieso que he dejado los nervios en casa.
He olvidado enfadarme contigo otra vez...

Rodeado de ésta paz de tu falda,
y de la de la montaña...
Mientras escribo ésto quiero que nos miremos.
-Ladran unos perros afuera -.
Y que nos toquemos, [et ego te absolvo].
-Con los ojos inundados como los campos de arroz-.

Y que nos comuniquemos, [a peccattis tuis].
-Por el humo se sabe dónde está el fuego-.
Sin pautas, ni biblias, coranes, esquemas,
ni normas.

No como las campanas que tañen en la noche.
Ni como ecos de manadas de animales
que aullan a la noche perdidos en la niebla...

Libres y ateos ya de tantos atardeceres solitarios.

No como ese cinturón de pinchos que aprieta tu cuerpo de mojada y fría porcelana blanca...

...sino al azar".

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Jorge Gutiérrez López 2020.[Todos los derechos reservados, prohibida su copia o reproducción total o parcial sin citar expreamente al autor. Jorge Gutiérrez López. 2020]