Hay razones por las que hacemos o no hacemos determinadas cosas. Muchas veces se basan en la lógica, en nuetros intereses, en lo que nos aconsejan, en nuestra experiencia...Pero algunas veces nuestras razones son tontas. Basamos nuestras excusas en errores, y lo peor es que nos las arreglamos para convencernos de que estamos defendiendo algo en lo que creemos, cuando en realidad, es una gran excusa, una justificación para nosotros mismos.