Historia Madrid  20 oct 2019

LA BASE DEL MUNDO

El trabajo, en la tierra o en los talleres, era realizado por hombres libres que eran recompensados por su trabajo según dos sistemas: normalmente se les asignaba una parcela de tierra de la que sacaban una cosecha para su propio consumo, pero además, con frecuencia, se les distribuían, a modo de salario sumplentario, una parte de los productos guardados en los almacenes del templo.

La organización de este complejo mecanismo económico, con todos los procesos de producción y distribución, estaba en manos de unos funcionarios del templo -los sacerdotes- que se ocupaban del culto y de la administración económica, y que debían vivir también de las reservas acumuladas en el templo.

El jefe de los sacerdotes -al que los documentos más antiguos llaman En, que significa señor- era a la vez jefe religioso y jefe político de la ciudad y administrador supremo de las riquezas del templo.

La primitiva autoridad sacerdotal del En, que en nombre del Dios dirigía la vida de la ciudad, fue sustituida al llegar al III milenio a de C. por otro personaje al que se le da el título de Ensi o Lugal [palabras que ya podemos traducir por rey]. Este cambio de nombre implica un cambio en el poder político: el Ensi es el hombre que acumula en sus manos el gobierno de la ciudad y que tiene bajo su autoridad a todos sus habitantes incluídos los sacerdotes y su jefe supremo, y es el comienzo de la jerarquía y de las clases sociales.

[continuará en un siguiente post]



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