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Cafė tertulia entre amigos

Marian   Marian, 60 TOP


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Apuntados
2
Plazas libres
97

📅 fecha 04 abr 2020

🕐 comienza 18:30

🪇 Hombres y mujeres de 18 a 99 años

Top organizador   📈 456

🔈                    

🗺  ¿Dónde se hace?

Café  SANTITO, Avda. de América, nº 29 - Madrid.



🌃  Punto de encuentro

Si sois puntuales: en la puerta de el Café SANTITO, Avenida de América, 29. Preguntad en la barra si no es así.


🔤  Información

Somos un grupo de AMIGOS abiertos a intercambiar ideas, sensaciones, vivencias, criterios, con personas participativas que lleguen con ganas de aportar algo, intentando establecer un diálogo desenfadado en el que primen el espíritu crítico, la sensibilidad, el buen humor y el respeto.

El tema a tratar es tan solo la excusa que facilita el encuentro y ayuda a conseguir una fluidez natural que facilite el emerger de afinidades y confluencias entre los allí reunidos con el propósito de pasar entre TODOS una tarde de sábado estupenda, en la mejor compañía.

 

Éste es un evento sin ánimo de lucro, no incluye cuotas ni comisiones para el organizador.

 

Para asistir es necesario APUNTARSE, también estaría bien que dejaseis algún comentario en el foro de la Tertulia, pues son ellos los que nos facilitan las directrices de los temas que tratamos.

Muchas gracias.




✅  Apuntados



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📄  Comentarios

Juan Jose Espero y deseo que tod@s os encontréis bien, tener mucho cuidado. Un abrazo!! 2020-04-04 17:51:32
francisco jose  Otro para ti Fernando, espero que pronto nos podamos ver 2020-04-04 12:00:44
"Fer  Amigos: ojalá que todos estén bien, recogiditos en sus casas. Ánimo, si te encuentras flojo recuerda que vas a salir de esta. Un abrazo muy especial para tí. 2020-04-04 11:00:05
jose antonio  Un abrazo para todos, friends. Mi aporte: ROCAMBOLESCO Y ASOMBROSO (DÍA 14) Qué rocambolesco el que esta devastadora epidemia ya mundial, que tanta angustia como dolor y muerte nos contagia, que nos rodea y obliga a enchironarnos en las casas, le pille a uno enfrascado en un documentadísimo libraco que, a despecho de las habituales visiones apocalípticas, prueba el incontestable progreso de las condiciones de vida en sus principales parámetros para la inmensa mayoría de la Humanidad. Lo normal, lo cotidiano, hasta hace sólo doscientos años, y desde hace miles y miles de ellos, desde los hombres primitivos, para casi todos, que eran muy pocos, pues las poblaciones, presas de una mortalidad elevadísima, apenas aumentaban, eran la escasez, el miedo, las catástrofes, la enfermedad, la guerra y la muerte, en fin, la vida cortísima, penosa y lúgubre generalizada. Históricamente fueron las epidemias la más poderosa causa de mortalidad, esos invisibles organismos que la Naturaleza también aporta, que se reproducen con rapidez a costa de nuestras vidas, a veces exterminando civilizaciones enteras y matando a millones de humanos, más que diezmando a tantísimas poblaciones. La fiebre amarilla, la viruela, el tifus, la malaria, por decir algunas, cuando al menos pudo ya ponérseles un nombre, para luego combatirlas. ¿Consuela algo el saberlo? Hombre, algo sí, pero no mucho, la verdad. Y más asombroso, alucinante diríamos, resulta aún el que, siendo un libro publicado en 2016, “En defensa de la Ilustración”, de Steven Pinker, 741 pgs, Editorial Paidós, pueda leerse en el mismo que el astrofísico Martin Rees “en 2002 apostó públicamente que en 2020 el bioterror o el bioerror provocarán un millón de víctimas en un solo suceso” (pg 371). Y que el mismo Pinker en público, irónico ante ese tipo de profecías chorras tan habituales, le aceptó la apuesta (pg 379). No sé cuántas víctimas al final se cobrará el coronavirus, en qué macabra estadística se detendrá su macabro mordisco, pero al leerlo, de momento, yo es que me quedé pasmado. Pasmado. 2020-04-01 10:25:51
francisco jose  La situación nos invita a ver la vida con otra perspectiva, ojalá nos ayude a valorar más las pequeñas cosas, y a los que nos rodean; que es lo auténticamente imprescindible. 2020-03-29 14:06:05
Laura   Lo que está claro es que son días para medirnos y para retratarnos. 2020-03-29 07:33:01
Cristina   Ya, pero aquí no se sabe en que momento vas a dejar de ser un un extra, un espectador más y pasas a formar parte del elenco; y ya no te digo nada si te toca la función de especialista en escena de riesgo... 2020-03-29 07:29:28
Roberto A no ser que esto tenga algún sentido que se nos escapa, hay que pensar que nosotros lo vemos desde una lógica muy constreñida y contaminada, a ras de suelo, desde unos parámetros muy condicionados por nuestra vulnerabilidad y dependientes preconceptos. 2020-03-29 07:18:51
ana La fragilidad de la vida humana queda en evidencia, y se tambalean nuestras creencias. A mí me cuesta mucho rezar ahora, pensando en cómo se le pudo escapar a Dios este bicho. ¿O es que el mal puede más que el bien? 2020-03-29 07:09:56
Juan ¡Madre mía! Esto conlleva un cambio de esquemas y actitudes porque los que teníamos van a quedar pulverizados, después de esto... 2020-03-29 07:02:51
Marian Así, sin guionistas ni nada, sin anticipar el rodaje,
La VIDA es capaz de improvisar giros repentinos y vertiginosos vuelcos que nos dejan expectantes y con el alma en vilo, poniendo a prueba al sistema y en jaque a nuestra capacidad de superación.
Giros que hacen que se pulvericen en el aire axiomas, patrones, anexiones, seguridades y certezas coyunturales; disparando a la superficie preguntas, carencias, solidaridad, mezquindades y toda serie de subterfugios que anidaban solapados en nuestras rutinas.
La vida, de repente, nos ha puesto a prueba, sin ayuda; nos ha sacudido para quitar el polvo y la inmundicia de las poses del día a día, de un tirón; y nos sentimos asaltados por las circunstancias, sin escudo, sin atenuantes, sin amortiguadores, sin permisos para posponer nada.
Pertrechados con toda nuestra teoría acumulada, que no deja de mostrar desajustes en su aplicación práctica.
Como si tal fuera una reválida para poner a prueba la resistencia, los prejuicios, los valores de un mundo que veía con distancia las desgracias ajenas cuando merodeaban por nuestra demarcación, tambaleándose en improvisadas pateras, dando vertiginosos tumbos por los márgenes del desastre.
La vida parece habernos dado algún tiempo para reflexionar sobre dónde queremos estar o cómo queremos hacerlo, para replantear nuevas consideraciones sobre lo fundamental y lo nimio, mientras crujen la desolación y la incertidumbre, tras el marco de la ventana.
Nosotros que éramos un pueblo bullicioso, muy social en la calle, pero bastante asocial entre bambalinas y en intimidades, expertos en marcar distancias.
¿Lograremos pasar del emocionante pero, al fin y al cabo, tan sólo aparente aplauso colectivo a aprender a remar juntos, sin intentar descabezar al otro con los remos?
Lo cierto es que la repentina emergencia nos obliga a ver mecanismos que obviábamos, realidades que eludíamos, carencias de las que nos escaqueábamos; y en algunos aspectos, a empezar a ser proactivos ahora que entra en juego la sinergia que ha provocado esta pandemia que arrambla con todo, sin atender a demarcaciones, identidades, estatus o banderas.
Por una vez, lo que somos, dónde estamos y lo que parecemos, no imbrica nada; ni excusa, ni convalida para reconfigurar espacios o valores sustantivos y accesorios; en una sociedad hasta ahora hedonista, consumista, egoísta, bulliciosa, que no está acostumbrada al sacrificio propio, en la que nos importaba un bledo lo que les pasara a los demás, y por extensión a la TIERRA.
2020-03-28 16:49:30