Pierde el miedo, no te escondas, abre tu mente despierta y siente. Incluso agradece todo el sufrimiento, la soledad, el vacío, las cicatrices en tu interior y transformalo en una razón para luchar, para reiniciar tu vida. Y así, roto, reparado y sin rencor vuelve al lugar que te corresponde pero no proyectes todas tus frustraciones del pasado en el presente. Vencer, no significa hacer una cruzada de venganza contra uno mismo.
Si un día nos enamoramos, otro sufrimos al siguiente volvemos a enamorarnos y volvemos a sufrir o desconfiamos y nos alejamos de esa idea ¿no estaremos muriendo por lo malo y dejando de vivir y volar por lo bueno?